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Supermamás ¿Cómo lo hacen?
Ellas tienen carreras exitosas, son reconocidas en diferentes ámbitos y además sobre sus hombros recae la responsabilidad de la maternidad, sin dejar de ser mujeres y esposas.
Al entrar a su domicilio, Tania Tinoco nos da un cálido recibimiento y nos presenta a su “bello” hijo, Tommy Hardeman, de 18 años. Su niña, Amelia, quien el 10 de mayo cumplirá 14 años, sigue en el extranjero, pero gran parte de la conversación gira en torno a ella.
La forma en que Tania nos explica cómo logra equilibrar su vida profesional y personal nos muestra una faceta de ella más relajada “es verdad que las mujeres somos muchos roles a la vez, si me preguntas dónde empieza la Tania periodista no te puedo responder, así mismo, con dónde empieza y termina la mamá. Hay momentos en que habrá que priorizar, en un momento dado en que mis hijos me necesiten voy a ser sobre todo mamá... Son diferentes roles que se van conjugando y ni siquiera te das cuenta en qué momento estás en esta rueda”.
El apoyo de su pareja ha sido esencial para conseguirlo, admite Tania, “que entienda, comprenda y te respete como profesional es primordial. Durante todo este tiempo él (Bruce Hardeman, su esposo) es quien se ha levantado para mandar a mis hijos a la escuela, pues entiende que yo me acuesto muy tarde (Telemundo se transmite a partir de las 23:15), pero por la noche soy yo la que dejo revisado tareas y uniformes”.
En referencia a cómo lidian sus hijos con su profesión y el reconocimiento de su público, Tania admite que hay momentos mejores que otros y depende de las edades de los chicos. “Siempre me sentí muy respaldada y comprendida por mi hijo Tommy, no siempre ha sido así con mi hija Amelia. Las Amelias pareciese que demandan mucho, en todo caso yo quiero pensar que cuando pase el tiempo ella también lo va a comprender y a aceptar. Por ahora, trato de decirle que yo estoy ahí siempre que ella me necesite… Con el tiempo ella va a entender que soy una mamá absolutamente imperfecta, pero soy la mamá que la ama”.
■ No exijas demasiado. Las madres perfectas no existen y las muy exigentes se exponen luego a que sus hijos no les digan la verdad.
■ Si puedes, pon a tu hijo en clases de música. Los ayuda a concentrarse y los chicos que logran concentrarse son mejores estudiantes.
■ Hazte amiga de la cebolla blanca. Hasta para las malas cocineras como yo, las sopitas fueron mejores con una rama de cebolla blanca
Tommy junto a su hermana Amelia el día de su graduación.
El compaginar la maternidad con su profesión y trabajo ha sido para Claudia Tobar una tarea complicada, pero no imposible, “uno de los desafíos más grandes que he enfrentado en mi vida ha sido trabajar y ser madre. Desde el momento en que quedé embarazada de José Rafael se prendió una luz de preocupación de cómo iba a ser mi vida, en donde mi prioridad era mi hijo. Cuando él nació, yo nací como mamá y mi perspectiva del mundo cambió, pero dentro de mí yo seguía siendo una mujer que necesitaba mi espacio”. El pilar importante fue y sigue siendo su esposo, Sebastián Troya, “…si él no creyera firmemente que las mujeres necesitan crecer y estar realizadas, sería difícil el poder combinar estas dos labores…es la persona que más cree en mí y me admira”, siempre cuenta también con la ayuda de su mamá y su niñera.
Esta joven líder en el campo de la educación se desempeña como directora del Instituto IDEA (Instituto de Enseñanza y Aprendizaje) de la Universidad San Francisco de Quito. También es directora en Jefe de la Revista Para el Aula. Además de sus múltiples actividades profesionales, se desempeña como madre de José Rafael de 3 años y de Elisa de 10 meses.
Para Claudia el ser madre conlleva la gran responsabilidad de la crianza a través del amor, educación y ejemplo: “Es una dura y dulce tarea, donde llegas a conocer los límites de ti misma que no sabes que existían...”, añade.
Claudia también es profesora de tercer año en el Departamento de Educación.
■ Tener un equipo que te ayude con tus hijos: esposo que te apoye, abuela estrella o niñera de confianza.
■ Amar lo que haces. Buscarle el verdadero gusto a tu trabajo y sentirte realizada como persona.
■ No culparte por dejar a tus hijos unas horas. Ellos van a estar bien si tú estás bien.
■ Cuando estés con tus hijos, desconéctate del celular. Déjalo en la cartera y dedícate 100% a ellos.
Al recordar sus períodos de maternidad, la querida cantante quiteña Margarita Laso, de forma poética resume momentos maravillosos que atesora en su mente y corazón, “pienso en el cuerpo desbordado de los primeros meses y en las piezas minúsculas de ropa que atesoramos en la espera. Escarpines, orejas de conejo... Probamos la talla de chambras con los dedos y todo lo describimos con diminutivos. La maternidad se relaciona con el amor y el deber. Tengo en mi memoria esos cuerpos pequeños navegando en un mar de expectativas. Y así como se siente impotencia, indefensión, así el orgullo y la felicidad pueden doler. Es imposible ser un escudo siempre. Cuando nacen las hijas nace la madre: una inexperta que viene al mundo sin cabalgaduras, sin armas, sin anticuerpos para el error o la dicha”.
Para ella, sus hijas, Martina de 27 años y Rafaela de 18, son sus compañeras de aventuras artísticas. “Martina es artista y profesora de juveniles. Rafaela estudia artes liberales y piano. Son muy musicales y van llenas de talento. Sus paisajes, pinturas, imágenes, dibujos, textos, resultan tan misteriosos como cercanos…”. Margarita las ve como mujeres que disfrutan, afirman y buscan cada una sus caminos, sin embargo, comparten con ella la búsqueda de algunos ideales, “…el feminismo es una de las semillas encandiladas de la humanidad que por fortuna se expande cada día. Mis hijas y yo la cargamos. Buscamos la belleza, la equidad, la ternura en el mundo. Ellas llevan más música que yo…”, explica.
Ser cantante durante toda su vida para Margarita ha sido algo enriquecedor: “Buscar el sonido del corazón colectivo. Habitar con la voz y el alma una pequeña sala, el graderío de una placita, un auditorio arrobado. Ha sido la suma de estos pasos cosidos con lentitud y constancia. Ha sido tomar un repertorio, unos dramas, las palabras teatrales de nuestra cultura popular o las piezas celestes de algunos poetas y ponerlas sobre la mesa, en las tablas, en esta cafetería donde todos conversan o bajo una iluminación espectacular. He vibrado”. El poder combinar la profesión que tanto ama, con la responsabilidad de ser madre ha significado tener que buscar ayuda en su esposo, Pablo, a quien describe como un padre “dévoto y dulce”, en su madre Magdalena, que en sus propias palabras es “una abuela flor y su casa ha estado llena de luz para mis hijas” y en Bexi Castañeda, a quien describe como “mi mano, brazo y oído derechos, una constante compañera de nuestra vida”. Este camino recorrido para ella ha sido un hermoso transitar entre ser madre y desarrollar su profesión.
La cantante ecuatoriana empezó su carrera musical desde muy joven.
■ Es crucial ser honestas y transparentes con los hijos.
■ Que sepan las razones por las que a veces tienen que esperar.
■ Es valioso contar con ese tejido de mujeres en el entorno como ayuda.
Una vez que los niños se dispersan, luego de la sesión de fotos, Allison Konnanz de Echeverría se sienta, se rie y nos cuenta cómo logra combinar su maternidad y su trabajo. “Tengo 4 hijos (Mauricio, de 11 años, los mellizos Jaime y Mía, de 8 años y Felipe de 1 año), por suerte los 3 mayores ya tienen actividades (escuela y extracurriculares) y al chiquito, que demanda mucha atención y es el sol de la casa, todos lo estamos cuidando, no hay hermanitos con celos... Pero cuando me enteré que estaba embarazada de Felipe, le dije a mi socia, Paola ‘¿Qué voy a hacer?’ Son 4 hijos y en la empresa hacemos de todo, diseñamos producimos, nos encargamos del marketing... por eso tengo que organizarme, pero cuando llego a casa me quito el chip de empresaria y les doy calidad de tiempo a mis hijos”.
Lo que más destaca es que al ser su propia jefa puede acomodar sus horarios, y la tecnología es su aliada. Además, cuenta con ayuda de dos chicas en las que confía, su suegra, su mamá y Jaime, su esposo.
Los fines de semana son para su familia y ella. Otra gran base para conseguir el equilibrio es que su trabajo está asociado con niños, por eso sus hijos son la inspiración para las colecciones de ropa que elabora para las tiendas. “Mis hijos me ayudan a estar superconectada con mi trabajo, lo inspiran”.
■ Una vez a la semana cenamos todos juntos, sin celulares, tabletas o juegos electrónicos, son los martes de familia, que puede ser en casa o fuera, pero es algo especial.
■ Hay reglas y horarios en la casa. Son las bases para que todo funcione bien. Esto permite que una vez que ellos se acuestan a dormir, haya tiempo para la pareja y para ti misma.
Aquí y ahora
Una obrera de la libertad de expresión
…soy parte de esa prensa comprometida con la verdad, soy una ciudadana que optó por esta profesión maravillosa y que ha trabajado por cuidar el único valor que tiene un periodista: su palabra.
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