Isabel II y sus fiestas: Navidad real
Por Judith Mora - Efe Reportajes
Sandringham es uno de sus hogares más personales de Isabel de Inglaterra, ya que la casa, a diferencia del resto de las residencias reales –excepto Balmoral, en Escocia–, es propiedad privada de la Reina y no pertenece al Estado, por lo que la soberana puede tenerla a su gusto y disfrutarla a su conveniencia.
Cada año el príncipe Felipe, que se encarga personalmente de la gestión de la finca, e Isabel II, acompañados por sus hijos, nietos y algunos primos, se instalan allí de seis a ocho semanas para pasar el periodo navideño. "Se dedican a cazar, a pasear con los perros, montar a caballo o, si están en casa, a hacer rompecabezas, jugar a las cartas o ver la tele, como cualquier familia normal", explica la directora de iniciativas públicas de Sandringham, Helen Walch.
También acuden regularmente, dentro de los mismo terrenos, a la pequeña y bonita iglesia de Santa María Magdalena (siglo XVI), donde se mezclan discretamente con los vecinos y feligreses de esa zona del condado de Norfolk (este de Inglaterra).
El íntimo comedor donde se celebra la cena navideña.
Mucha historia
Sandringham fue adquirida en 1862 por el príncipe Alberto (esposo de la reina Victoria y bisabuelo de Isabel II) para su primogénito Eduardo –futuro Eduardo VII– y su esposa Alexandra de Dinamarca, para que, en palabras de Walch, el primero "aprendiera a ser un caballero terrateniente".
Con el tiempo, la casa fue reformada y ampliada hasta que, en 1870, se derrumbó para levantar la construcción actual de ladrillo rojo del estilo llamado Jacobeo, que, en tiempos modernos, ha sido criticada por los arquitectos británicos por su eclecticismo.
La mansión, que en su momento de esplendor tuvo 365 habitaciones –una por cada día del año–, siempre ha sido de las preferidas de la realeza, y el padre de la reina Isabel, Jorge VI, dijo de ella: "Siempre he sido feliz aquí, amo este lugar".
En 1955, la aristocrática familia Althorp se mudó a una mansión cercana, Park House, y allí nació Diana, quien eventualmente se convertiría en la princesa de Gales al casarse con Carlos, primogénito de Isabel II.
Desde esta mansión rodeada de bosques, lagos y bellos jardines, la reina hizo su primera retransmisión en directo del tradicional mensaje navideño, en 1957, desde un pequeño despacho que aún puede visitarse.
Con 121 kilómetros cuadrados de extensión, la finca de Sandringham acoge no sólo la casa y dependencias reales, sino que también incluye siete pequeños pueblos, varias granjas –una de las cuales gestiona el propio duque de Edimburgo– y campos de cultivo.
Una foto antigua de la familia real en Sandringham
Sandringham no es más que una típica casa clásica inglesa, con sus diminutos adornos de cerámica, colecciones de objetos eclécticos y hasta alguna pared necesitada de una mano de pintura.
La familia real en la actualidad, saliendo del servicio religioso navideño en el 2011. En plena campiña
Desde 1977, la casona está abierta parcialmente al público entre Semana Santa y finales de octubre, mientras que la zona ajardinada y boscosa es siempre accesible. En buena medida, Sandringham no es más que una típica casa clásica inglesa –aunque, claro está, mucho más grande–, con sus diminutos adornos de cerámica, colecciones de objetos eclécticos y hasta alguna pared necesitada de una mano de pintura.
"Hace un tiempo le propusimos a la reina cambiar el papel de la pared del salón de baile (que se ve gris al haberse difuminado los antiguos adornos dorados), que no había sido redecorada desde 1934, pero ella dijo que no, no quería gastar dinero", explica Helen Welch.
Una de las salas más interesantes es el comedor, donde celebran los banquetes navideños, en el que resaltan varios tapices que el rey español Alfonso XII regaló a la realeza británica en 1876, algunos inspirados en cuadros de Goya.
Coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Londres y el Jubileo de Diamantes de Isabel II (60 años de reinado), en el 2012 Sandringham cumplió 150 años de existencia, medio siglo como refugio de la familia real británica.
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