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UN MUNDO DE ESPANTO
Es doloroso aceptar que se ha manipulado la religión para llevar a determinados fieles a la guerra. Ojalá pudiéramos ejercer una fuerza contraria.
Somos afortunados quienes no lo vivimos. Lo vemos desde lejos, a través de revistas, diarios, televisión y nos acostamos a dormir sin el temor de que lleguen a sacarnos de nuestras casas, a conducirnos a lugares de miseria, a amenazarnos de muerte si no nos convertimos al Islam. Y todavía más, a separarnos y asesinarnos, si somos cristianos, y hasta esclavizar a nuestras mujeres y entregarlas como mercancía sexual. No me invento nada de esto. Está pasando aquí en nuestra tierra, ahora, en este mundo de espanto.
La tragedia de Kenia es solo un ejemplo. El pasado 2 de abril, 5 terroristas que fingían ir a rezar a una mezquita de la Universidad de Garissa, mataron a 148 personas, dejando heridas a otras 67. Eran fanáticos del grupo yihaidista Al Shabab, que asumiendo el ataque lo consideró “venganza” por el envío de tropas de Kenia a Somalia en 2013. ¿Y en qué eran culpables los estudiantes? Los terroristas llegaron a las 5 de la mañana, mataron a los guardias del centro de estudios y fueron directamente donde estaban los jóvenes. Lograron someter a 400 de ellos, la mitad de la población universitaria, y entonces empezaron con un reguero de sangre que duró 16 horas. Los sobrevivientes dicen que los dividieron, separando a los musulmanes de los cristianos y contra estos se ensañaron…
Ocurrió a los 15 días de otra tragedia, registrada en Túnez el 18 de marzo y los perpetradores fueron también fanáticos musulmanes relacionados con el temible Estado Islámico. Aquí, el blanco fue el Museo Nacional El Bardo, donde mataron a 23 personas, entre ellas 2 colombianos.
Hace solo unas horas, han descubierto en Tikrit, Irak, una fosa común con los cuerpos de unos 1.500 soldados, victimas de una matanza ocurrida en junio pasado, perpetrada por el Estado Islámico… hallazgos fatales que también se dan en Siria, donde en diciembre último se descubrieron los restos de 250 personas, asesinadas también por el Estado Islámico, decidido a imponer Califatos con el imperio de La Sharia o ley islámica, y donde la mujer es poco más que un animal sin derechos, sin libertades, sin voz...
El Estado Islámico está relacionado con Al Qaeda, y aunque no se trate del mismo grupo, ni tampoco de Bojo Harán, todos son terroristas y fanáticos y para ellos occidente representa la faz del enemigo.
No sé cuántas iglesias y templos han sido incendiados por estos fanáticos, ni cuántos cristianos han sido asesinados y desplazados, aun en países como Kenia, el más poblado de África y con el 50% de cristianos. Es evidente que el mundo vive una especie de nueva guerra santa. En nombre de Dios se está matando, y lo hacen fanáticos con fusiles que siguen actuando a sus anchas ante una lenta y vaga reacción internacional. Si algo podemos hacer aquí y ahora es no generalizar la acusación a los musulmanes en general. Son un puñado en medio de millones de musulmanes. De hecho, en diciembre último, 126 de sus líderes firmaron una carta pública en rechazo a Al Qaeda, Al Sabbah, Boko Haram, Isis o Estado Islámico, porque sus acciones están desvirtuando el Corán.
Es doloroso aceptar que se ha manipulado la religión para llevar a determinados fieles a la guerra. Ojalá pudiéramos ejercer una fuerza contraria. Haría falta una enorme voluntad de todos para que se imponga la paz… Podemos hacerlo, somos la mayoría. Solo así dejaremos de vivir, de cerca o de lejos, este mundo de espanto.
Malabares Cotidianos
LA CUOTA
Tras veinte años de vida laboral estoy convencida de que el ciclo vital se resume así: nacer, crecer, conseguir trabajo, pagar cuotas, reproducirse, seguir pagando cuotas, morir.
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