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La irreverente Catrina Tala
Ella es una de las mentes brillantes de la televisión, directora de varios programas insignia del Ecuador. Hoy habla sobre el nuevo giro que ha dado a su vida y de todo aquello que quiere dejar atrás.
Empecé mi conversación con Catrina Tala en la sala de su casa, un lugar con una decoración sencilla, limpia y cargada de mucho positivismo, color y alegría. El lugar refleja, quizás, el momento actual de la vida de esta talentosa directora de televisión.
“Yo creo que hay que vivir los días, pensando y haciendo todo lo que te propongas, no estar delegando cosas o diciendo: ‘Lo hago más adelante…’, porque, ¿cuándo es más adelante? Yo aprendí a no posponer cosas, y en esta etapa de mi vida −que tiene apenas unos meses−, he empezado a hacer muchos cambios…”.
¿Cómo cuáles? “Sobre todo de alejarme de la gente o de las cosas que no me aportan en nada, de tratar de identificar a las personas que me quieren realmente por lo que soy, una mujer entregada a la familia, a mis amigos, a mis hijos, una mamá chocha; soy superapasionada y vivo mi vida apasionadamente... Empecé este 2015 alejándome de todas las personas que, de alguna u otra forma, me consumían y me quitaban energía…”.
Una amiga: “Tania (Tinoco)”.
Un día para olvidar: “Cuando perdí un embarazo de gemelos (de 5 meses)”.
Un programa: “En contacto”
Un país: “No voy a decir ninguno de mis 3 países… Voy a hablar de corazón, Palestina”.
Una red social: “Instagram”.
Nacida hace 33 años en Santiago de Chile, Catrina nos cuenta que recientemente quiso refrescar los aires de su casa. “Quise A otro brillo, renovarla… Este es mi espacio, quería entrar y sentirme a gusto, así que este año pensé en que quiero abrir la puerta de mi hogar y decir: ‘¡Qué bacán, llegué a mi casa!’”.
De la misma manera piensa acerca de la gente que la rodea. “Creo que en mi vida, siempre me han ido poniendo a las personas adecuadas, en los momentos apropiados… por ejemplo, Tania Tinoco, quien es para mí mucho más que una hermana, porque a las hermanas tú no las eliges, a las amigas sí… somos como el complemento perfecto. Geoconda Juez es otra mujer extraordinaria que Dios ha puesto en mi camino; Erika Segale apareció cuando Nabil (mi hijo menor) nació, en un tiempo muy convulsionado para mí, y llegó a ser luz, por esa energía que irradia; María Gracia Abad es otra de mis grandes amigas, así como José Alejandro Adum, otra gran persona a quien adoro… Son mis cinco amigos, y estoy orgullosa de decir que más amigos no tengo… Son ellos y no hay más…”. Esto me deja claro que has vivido malas experiencias con amigos. “Sí, en realidad yo he tenido un gran defecto: entrego mucho, y a veces espero cosas de los demás… Hay gente a la que quiero bastante, pero así, amigos a quienes les pueda ir a llorar o que vengan a llorar acá, los que te he nombrado”, recalca.
Recuerda que fue mamá a los 27 años. “Me costó mucho tener hijos. Tuve cinco pérdidas”, nos dice y habla de sus pequeños: Ellie y Nabil. “Ellos tienen casi 3 años de diferencia. Yo me divorcié cuando Nabil cumplió un año…”. ¿Cómo fue esa transición?, ¿qué cambió en ti con el divorcio? “Todo… Pero, yo desde los 17 años trabajo y soy una mujer independiente, y uno de los consejos que siempre me dieron mi mamá y mi abuela fue que no debía depender de nadie, que una tiene que lograr sus cosas, sola… En ese sentido, el cambio no fue tan drástico, porque siempre trabajé… Respeto mucho al papá de mis hijos, es un buen padre, pero luego de mi divorcio, mi perspectiva de vida cambió, yo sentí que el mundo se abrió… Me casé superjoven (de 23 años), y en Perú, mi vida era trabajar e ir a la casa… Cuando llegué aquí (a Ecuador), él era mi mundo, yo no conocía a nadie, me casé muy enamorada… Si ahora tengo cinco amigos, antes no tenía a nadie… Nunca voy a olvidar que gracias a él, yo estoy aquí, pero cuando me divorcié se me abrieron puertas y pude desarrollarme en muchos sentidos, profesionalmente y hasta como mamá… Creo que Jorge pasó por mi vida como una experiencia maravillosa; sin embargo, ahora puedo decir, completamente madura, que yo no era la mujer para él y que él no era el hombre para mí, y eso de quedarse casados por los hijos es un error, pues la felicidad empieza por ti…”.
Estamos en una sociedad en la que se suele etiquetar a las personas... ¿Alguna vez lo sentiste así, por ser una mujer divorciada? “Por supuesto, en general, vivimos en una sociedad doble moral… Lo sentí y seguramente lo sentiré más adelante, pero yo no vivo de la gente, ni funciono de acuerdo a lo que la gente piensa… Yo soy Catrina Tala Mohanna, soy mamá de Ellie y Nabil Torbay Tala, tengo un montón de sueños por cumplir, tengo amigos a los que adoro, gente que me quiere y otros que no me quieren…”.
¿Algún nuevo amor? “Amor como tal, no…. Será que como yo me entrego tanto, me da miedo. Pero, estoy segura de que cuando me vuelva a enamorar, va a ser para siempre…”. ¿Podría decirse que eres desafortunada en ese aspecto? “… Yo no diría que soy desafortunada en el amor, para nada… Creo que recién en esta una etapa de mi vida estoy decidida a que primero estoy yo, mis tiempos y mis ganas de ser feliz… ¡Ahora!, desde enero de este año… Antes quizás tenía como prioridad el afianzarme profesionalmente para poder quedarme acá en Ecuador, pues siempre está abierta la posibilidad de irme porque tengo familia afuera… A veces te cuesta mirarte en el espejo y ver las cosas positivas que tienes y te pones a ver todo lo negativo, y el divorcio es un fracaso y hay que asumirlo, pues nadie se casa para divorciarse, pero cuando aprendes a asumirlo, puedes volver a empezar… Yo lo asumí… Ahora te puedo decir que soy feliz”.
¿Primer amor?: “Cristian, cuando tenía 18 años”.
¿Tu primera borrachera? “Cuando ingresé a la universidad… Cuando con todas mis amigas del colegio ingresamos a la Universidad de Lima…”.
¿Tu primer trabajo? “Panamericana Televisión, era asistente del chofer… Ganaba 180 dólares mensuales”.
Actualmente, Catrina es directora de los programas En contacto, Así pasa y Tres familias, de Ecuavisa. ¿Has tenido que luchar por la igualdad de géneros en el plano profesional? “Claro, porque ser mujer siempre te cuesta más, porque es muy fácil desprestigiar a una mujer, y en esta sociedad machista en la que vivimos, no solo es fácil, sino también ligero… En el tiempo que estoy en el canal, me ha tocado escuchar de todo… Pero hay algo que nadie va a poder decir jamás: que soy vaga… Yo trabajo, y trabajo mucho y todo lo que he logrado ha sido a punta de trabajo. Nos hemos dedicado a formar gente… Ahora tengo 9 años en Ecuavisa…”. ¿Prefieres estar delante o detrás de cámaras? “¡Detrás! Me permite crear… Cuento con un equipo de producción que es lo máximo… Ecuavisa tiene gente maravillosa, es un canal donde entras para aprender”.
Noto que amas escribir. “Adoro escribir. Es mi catarsis, ha sido terapéutico, sanador, en un momento en que estaba estigmatizada y etiquetada por muchos…. Fue una forma de decir: ‘Dedícate a tu vida’. En uno de los escritos de mi blog (La República), terminaba diciendo que deberíamos caminar mirando hacia adelante y no hacia a un lado”.
¿Alguna otra profesión que te hubiera gustado ejercer? “Mi papá quería que yo estudiara educación inicial… pero, ¿tú te imaginas a Catrina con un aula llena de niños?... Me encantan los niños, pero no”, dice entre risas. “Quizás me hubiese gustado dedicarme al deporte, me encanta…”. ¿Cómo te cuidas? “Te confieso que recién desde hace unos 3 meses he empezado a usar cremas en la cara… En serio, este año ha sido como el inicio de una nueva Catrina… Me pinto el pelo cuando ya se me ven las canas, me pongo mis cremas en la mañana y en la noche…”, dice orgullosa. ¿Bótox? “No bótox, pero por ahí otras técnicas, y en cuanto a maquillaje, trato de tener maquillados los ojos todos los días, porque creo que estos son el espejo del alma”.
Con una amplia sonrisa, define su vida actual como: “Superocupada, emocionada, renovada, con muchos proyectos, feliz porque veo a mis hijos bien… Veo mi vida con un potencial muy grande”. ¿Quieres volver a casarte? “No sé si casarme, pero estoy segura de que voy a encontrar al hombre que te digo… No lo grito, no lo decreto, pero solo sé que me voy a volver a enamorar y va a ser muy pronto…”.
Nunca sale de casa sin: “… Mi teléfono”.
Jamás duermes antes de: “…. Que mis hijos estén dormidos”.
Nunca perdonarías: “… No soy quien para poder perdonar o no perdonar a alguien…. Pero creo que no perdonaría la traición en un grado muy alto”.
En un hombre, lo indispensable físicamente es: “… La sonrisa. Y de su carácter, que sea pasional, fuerte, que me dé seguridad… Es complicado darle seguridad a una mujer como yo”.
A tus hijos, no les permites: “… Rabietas”.
En una primera cita, tus reglas son: “… Mirar fijamente a los ojos, no dar beso y conversar para ver si tiene cerebro”.
Malabares Cotidianos
LA CUOTA
Tras veinte años de vida laboral estoy convencida de que el ciclo vital se resume así: nacer, crecer, conseguir trabajo, pagar cuotas, reproducirse, seguir pagando cuotas, morir.
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