Semanas antes de su boda, Britanny le pidió a su padre, Paul Martin, que bailara con ella durante la recepción de su matrimonio. En un principio, él se mostró reacio a participar, hasta que su hija le demostró lo importante que era este momento,¡ él supo que debía hacerlo !.

“Cuando éramos pequeños, el nos tenía bailando todo el rato. Todo el mundo le conocía por ser la primera persona que salía a bailar en las bodas”, recordaba con nostalgia la futura novia. 

Martin encontró la organización “Roll Call  en Silla de Ruedas”, fundación que ayuda a personas con diferentes tipos de discapacidad a bailar, con pasos que se acoplan a su movilidad.

Sin duda, el  mejor momento de la boda fue cuando la novia bailó con su padre por primera vez , después de 17 años, cuando un grave accidente de tráfico lo dejó postrado a una silla de ruedas.

   

“Después del accidente, vi la reacción de orgullo de la gente, lo bien que me lo había pasado, y lo vi todo de manera muy diferente. Cuando abrieron el baile, yo tenía a mi mujer sentada a mi lado, empezó a sonar nuestra canción favorita “Runaround Sue” y pensé, ¡qué demonios, vamos a intentarlo! Y lo hicimos. Bailé con mi mujer, bailé con mi hija otra vez, con mi yerno y con muchas otras personas y me lo pasé muy bien porque no estaba preocupado de lo que parecía sino en bailar y pasármelo bien”, mencionó el orgulloso padre.